Cargill,
a través de su marca Amphora,
se compromete con el planeta.
El mundo se enfrenta a desafíos sin precedentes, que van desde la inseguridad alimentaria hasta el cambio climático.
Cada vez resulta más evidente que nuestro sistema alimentario debe adaptarse para responder a las necesidades de una población mundial en crecimiento y de un planeta en constante transformación.
Cargill trabaja con un propósito claro: alimentar al mundo de manera segura, responsable y sostenible.
A través de sus inversiones en desarrollo sostenible, Cargill afronta los retos actuales con el objetivo de construir un sistema alimentario más resiliente para las generaciones futuras.
Para lograrlo, Cargill centra sus esfuerzos en tres áreas clave con las que generar un impacto real: el clima, la tierra y el agua, y las personas.
clima
Con una huella global y presencia en las principales cadenas de suministro alimentario y agrícola del mundo, Cargill está comprometida con la protección de los recursos naturales vitales del planeta y con la reducción de su impacto ambiental.
Cargill se ha fijado objetivos claros: reducir en un 10% las emisiones de gases de efecto invernadero de sus operaciones para 2025 y disminuir en un 30% la producción de CO₂ por tonelada de producto vendido en su cadena de valor para 2030.
En 2022, Cargill adquirió más de 70 000 MWh de electricidad renovable para siete de sus plantas en Indonesia, lo que permitió reducir sus emisiones en más de 50 000 toneladas de CO₂.
El buque de carga “Pyxis Ocean” fue equipado con velas innovadoras, desarrolladas en colaboración con Mitsubishi, que le permiten reducir hasta un 30% el consumo de combustible.
Estas velas “WindWings”, de 37,5 metros de altura, aprovechan la fuerza del viento y reducen el uso de los motores. Gracias a esta tecnología, cada barco puede ahorrar 1,5 toneladas de combustible al día, lo que equivale a una reducción de 20 toneladas de CO₂ diarias.
Tierra y Agua
Cargill promueve un uso responsable y sostenible de las tierras agrícolas y del agua, ofreciendo soluciones que buscan proteger estos recursos y, al mismo tiempo, apoyar a las explotaciones agrícolas en sus procesos de transformación.
Cargill se compromete a transformar sus cadenas de suministro agrícola “sin deforestación”, a generar un impacto positivo en el agua y a adoptar nuevas prácticas agrícolas regenerativas de aquí a 2030.
Cargill ha hecho posible la restauración de más de 9.200 millones de litros de agua gracias a la adopción de prácticas agrícolas regenerativas y a la recuperación de tierras.
Cargill y sus socios han implementado un sistema de abastecimiento de agua mecanizado que mejora el acceso al agua de 150.000 personas en Ghana, Brasil, Camerún, Costa de Marfil e India.
Desde 2018, en la provincia de Riau (Indonesia), Cargill participa en un programa colaborativo para proteger los bosques y garantizar el suministro de aceite de palma sostenible. Esta iniciativa se lleva a cabo en alianza con el gobierno regional.
Comunidad
Cargill se compromete a respetar los derechos de todas las personas que trabajan para o con el grupo: empleados, proveedores, clientes, gobiernos y socios. El objetivo es construir un sistema alimentario más justo, inclusivo y resiliente, que garantice ingresos y oportunidades para todos.
Cargill se compromete a mejorar los medios de vida de 10 millones de agricultores de aquí a 2030 y a respetar los derechos humanos reconocidos internacionalmente por las Naciones Unidas.
Cargill participa en el programa de excelencia social impulsado por la Asociación de Productores de Palma de Guatemala (GREPALMA), centrado en la protección de los defensores de los derechos humanos.
Desde 2017, se han impartido más de 6,4 millones de formaciones a agricultores en torno a prácticas agrícolas sostenibles.